martes, 4 de marzo de 2008

El valor de la capacitación de grupos

La capacitación de manipuladores de alimentos debe entenderse como un problema de salud pública, social, mas que como una asignatura correspondiente al mercado de los alimentos. Esta dicotomía deriva en cuestiones aparentemente menores que, en el detalle, modifican puntos de vista.
Una de las condiciones de la acreditación de los manipuladores como tales, es la aprobación de un examen, como culminación de las actividades de capacitación. Es lo que indica la reglamentación de la Provincia de Buenos Aires. Esto supone que cada capacitando debe superar un mínimo de conocimientos, en una concepción individualizada de la capacitación.
Sin embargo, utilizando el diagnostico y la evaluación finales como herramientas de análisis, hemos observado que los talleres de capacitación, por lo menos en nuestra experiencia, aumentan la cantidad de contenidos adquiridos por las personas. Pero de forma mucho más notable, modifican la manera en que estos conceptos son asimilados por los grupos.
Eso desdibuja la idea de la capacitación individual, aportando a la idea de una intervención colectiva, que es la que se asocia de mejor manera a la idea de salud pública.
Puede cuestionarse el hecho de no acreditar a los capacitandos que no alcancen los contenidos mínimos, en la medida que son parte de colectivos de trabajo que pueden contener y participarlo de una capacitación permanente.
Por otro lado también deberían cuestionarse las capacitaciones intensivas o masivas que priorizan los contenidos, desdibujando las intervenciones sobre los grupos. En este sentido, la metodología de taller parece ser la más valiosa.